Naturaleza

Pico Cabañas

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Nos encontramos en una zona de Reserva de la Biosfera. El Pico Cabañas, de 2.028 m de altura, es la cima más elevada de la Sierra del Pozo. Asimismo, constituye la cumbre suñera del sur del Parque de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Desde su cima gozaremos de unos amplios horizontes. En dirección sureste contemplaremos las turquesas aguas del pantano de La Bolera y el pueblo de Campo Cámara; al norte discurre a nuestros pies el valle de los Tornillos de Gualay y, en dirección noreste, la Sierra de Castril; al oeste, en días claros, veremos la cima del Pico Mágina, el más elevado de la provincia de Jaén; el valle del Guadalentín, la hoya de Guadix-Baza, y como telón de fondo Sierra Nevada al sur.

 

A medida que ascendemos, la vegetación cambia también. Al comienzo del ascenso, nos encontramos con abundantes pinos salgareños, también denominados laricios, resguardados del gélido viento que azota la cumbre. Además de pinares, en los primeros compases de la ascensión podemos encontrar plantas propias de altura, como agracejo (Berberis hispanica), sabina rastrera (Juniperus sabina), enebro rastrero (Juniperus communis) o cojín de monja (Erinacea anthillys).

 

 La subida hasta al pico ofrece estampas paisajísticas únicas. Curiosas y caprichosas formas adoptan los pinos laricios o salgareños (Pinus nigra, subsp. salzmannii) a medida que nuestro caminar avanza. El viento se abre camino sin piedad para azotar la ladera oeste de esta mole caliza. El incesante soplar impide el crecimiento de las tiernas y jóvenes yemas de los pinos en su parte oeste, vegetando tan solo en la cara opuesta. Este hecho permite que veamos árboles con formas “abanderadas”. El llamado Pino Bandera. El viento también es el que algunos de los ejemplares de pino laricio se encuentren retorcidos y acostados sobre la dura roca, y de que las simplemente rastreras.

 

En los altos del Pico Cabaña y Puertollano, a sus pies, hay varios ejemplares nacidos hace más de mil años que han resistido al paso del tiempo hasta convertirse en algo excepcional, son los Pinos Milenarios, los pinos más viejos de la Península Ibérica de los que hay evidencia científica. Están entre los más antiguos de Europa. Son al menos siete ejemplares con hasta 1.041 años en un bosque de gigantes centenarios, junto a muchos árboles con más de nueve siglos. Uno de los lugares mágicos que guarda lo que hoy es el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas en la Sierra del Pozo.